EL DIOS QUE YO CONOZCO

9.01. Los hititas en la Biblia

La palabra hitita(s) aparece con frecuencia en el AT bajo la forma "heteo(s)".

El Het de Gén. 10:15, hijo de Canaán y nieto de Cam (cf v. 6), debió haber sido el antepasado de los proto-hititas que se habían establecido en el Asia Menor y fueron absorbidos por los hititas indoeuropeos cuando penetraron en Anatolia desde el noreste.

Algunos de esos proto-hititas habrían vivido en Palestina en el tiempo de Abrahán (15:18-20; 23:3-20).

Probablemente fue éste el pueblo al que pertenecieron 2 esposas de Esaú (26:34), y los "heteos" en las listas de naciones que habitaban en Canaán cuando los israelitas entraron en el país (Exodo 3:8; Deuteronomio 7:1; 20:17; Josué 3:10; 11:3; 24:11); aunque es posible que en tiempos de la invasión israelita hubiera colonizadores de los hititas indoeuropeos en Canaán.

Los restos de los proto-hititas habrían estado también entre los que se casaron con los israelitas en tiempos de los jueces (Jue. 3:5, 6).

Dirigiéndose a los habitantes de Jerusalén, Ezequiel les dice con tono sarcástico, en relación con la población preisraelita de Jerusalén: "Tu padre fue amorreo, y tu madre hetea" (Ezequiel 16:3, 45).

Se conocen nombres amorreos de reyes de Jerusalén por textos de execración* egipcios del siglo XIX a.C., pero el rey de Jerusalén que escribió cartas al faraón egipcio en el período de Amarna tenía un nombre hitita: Abdu-Khepa, "siervo de [la diosa hitita] Khepa", lo que pareciera indicar que era hitita.

Los heteos todavía formaban parte de la población de Palestina en tiempos de David y de Salomón, como lo demuestran los registros bíblicos.

David tenía valientes soldados hititas en su ejército, como Ahimelec (1 Samuel 26:6) y Urías, el esposo de Betsabé (2 Samuel 11:3-12:10).

Los hititas a quienes Salomón incorporó a sus campamentos de trabajos forzados (1 Reyes 9:20-22; 2 Crónicas 8:7-9), probablemente fueron también descendientes de los primeros heteos del período del imperio.

Sin embargo, las esposas heteas de Salomón fueron muy probablemente princesas de las ciudades-estados del norte de Siria que florecieron en su tiempo (1 Reyes 11:1), y entre cuyos gobernantes estuvieron evidentemente los "reyes de los heteos" con quienes Salomón tuvo un activo comercio (10:29; 2 Crónicas 1:17).

También se mencionan los reyes de las ciudades-estados hititas en 2 Reyes 7:6, donde el informe bíblico habla de un ejército de sirios que tenía cercada a Samaria, pero que huyó en gran desorden cuando les pareció oír que un ejército hitita se aproximaba a aliviar a los israelitas.

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*En Tebas y Saqara se encontraron textos de la 12ª dinastía de Egipto que contienen maldiciones contra países y ciudades extranjeras, contra sus gobernantes, ciudadanos y posesiones.

Los textos fueron escritos en vasijas planas de cerámica o sobre estatuillas de arcilla que representaban extranjeros, que luego eran quebradas ceremonialmente para que las maldiciones surtieran efecto.

Los textos son de gran valor para el historiador de la Biblia, porque contienen numerosos nombres de ciudades y gobernantes de Canaán durante el tiempo de los patriarcas, un período del cual existe muy poco material extrabíblico histórico sobre Palestina y Siria.

Por estos textos sabemos, por ejemplo, que los nombres de 2 reyes de Jerusalén en las postrimerías del siglo XIX a.C. fueron Yaquir{ammu y Saz{anu, lo que confirma el hecho de que Jerusalén era una ciudad real durante el período patriarcal.

Se lo puede deducir de Gén. 14:18, donde se menciona al rey Melquisedec de [Jeru] Salem.